El Bar de Benie
A ver... Madrid no es una ciudad precisamente espectacular, es decir, no es una gran metrópoli como NY; no causa un impacto de esos inolvidables cuando te encuentras frente a ella por primera vez. Sin embargo, tiene la peculiaridad de poseer rincones pintorescos que la hacen interesante. Uno de ellos es "El Bar de Benie", un pequeño lugar (y quiero decir muy pequeño) en el que cualquiera que lo visite, si no le importa sufrir un poco con el calor, seguramente pasará un buen rato.
Este bar tiene quizás todo lo que hace falta para sentirse como en casa... tu mismo agarras las cervezas de una gran cava, las destapas con el único destapador que hay en el lugar, te bebes todas las que quieras; te comes las tapas de pan, jamón y aceite picante (delicioso) que te sirven con cada ronda y al final, sin que nadie te moleste ni te cobre, pagas lo que hayas consumido. Es una especie de self-service cervecero que me resultó súper agradable, no sólo por el ambiente que se respira allí (si es que podemos hablar de "respirar", proque es tan pequeño que a veces parece que no hay lugar ni para el oxígeno) sino porque el lugar tiene una personalidad incomparable. Tanto así, que ni las canciones de Pimpinela, Rocío Durcal, Rocío Jurado y cuanto grupo español haya traspasado las fronteras del comercialismo obstaculizaron nuestro disfrute, al contrario, lo fortalecieron.
Lo mejor es que las cervezas valen 1 euro, las tapas son de primera línea y tienen además un sandwich estrella, que mide unos 60 centímetros al menos. Si lo ordenas, aparentemente Benie (le dueño del lugar) te toman una foto con el gigante bocadillo y la pone junto a las otras miles de fotografías de satisfechos comensales, que han cubierto paredes y techo de este bar, creando así una especie de photo album gastronómico cervecero único en su estilo.
No se pierdan la oportunidad de ir porque es algo que vale la pena ver. Si les queda alguna duda, repitiré para ustedes las palabras de Benie, refiriéndose a su bar:
¡Este es un lugar para venir, comer, beber y volver!
Este bar tiene quizás todo lo que hace falta para sentirse como en casa... tu mismo agarras las cervezas de una gran cava, las destapas con el único destapador que hay en el lugar, te bebes todas las que quieras; te comes las tapas de pan, jamón y aceite picante (delicioso) que te sirven con cada ronda y al final, sin que nadie te moleste ni te cobre, pagas lo que hayas consumido. Es una especie de self-service cervecero que me resultó súper agradable, no sólo por el ambiente que se respira allí (si es que podemos hablar de "respirar", proque es tan pequeño que a veces parece que no hay lugar ni para el oxígeno) sino porque el lugar tiene una personalidad incomparable. Tanto así, que ni las canciones de Pimpinela, Rocío Durcal, Rocío Jurado y cuanto grupo español haya traspasado las fronteras del comercialismo obstaculizaron nuestro disfrute, al contrario, lo fortalecieron.
Lo mejor es que las cervezas valen 1 euro, las tapas son de primera línea y tienen además un sandwich estrella, que mide unos 60 centímetros al menos. Si lo ordenas, aparentemente Benie (le dueño del lugar) te toman una foto con el gigante bocadillo y la pone junto a las otras miles de fotografías de satisfechos comensales, que han cubierto paredes y techo de este bar, creando así una especie de photo album gastronómico cervecero único en su estilo.
No se pierdan la oportunidad de ir porque es algo que vale la pena ver. Si les queda alguna duda, repitiré para ustedes las palabras de Benie, refiriéndose a su bar:
¡Este es un lugar para venir, comer, beber y volver!
1 Comentarios:
Y el 1 de Agosto ha prometido volver de vacaciones con más tapas y fuerzas renovadas.... beeeeniiii, beeeniiii, beeeeniiii
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal