Do you mind to take me a picture?
... the screen is broken, but you can look tru here (Te importaría tomarme una foto? La pantalla está rota, pero puedes mirar por aquí). Esa frase la repeti, durante los últimos 15 días, no menos de 1000 veces. Y es que antes de irme, un pequeño accidente acabó con la vida de la pantalla de mi cámara digital, convirtiéndola prácticamente en una de esas cámaras mecánicas con las cuales es necesario mirar a través de un pequeño visor para saber que queríamos fotografiar exactamente.
Pues bien, teniendo en cuenta que viajaba solo me condicioné a que tendría que pedir una y otra vez que me ayudaran con las labores fotográficas, porque una cosa si era segura, yo iba a recopilar imágenes a como diera lugar. Y lo hice, pero a que precio. Vamos, yo de por si no tengo mucha paciencia y esto de tener que estar pidiéndole a alguien que me tomara fotos aquí y allá no era algo que me simpatizaba mucho, sin embargo, traté de disfrutar el rollo y hasta terminé riéndome de mi mismo cada vez que me veía algo interesante y sabía que tendría que pedirle a alguien que hiciera de fotógrafo.
El tiempo me fue dando cierta experiencia en esto de solicitar ayuda y tras un cuidadoso estudio, llegué a la conclusión de que los que mejor pueden ayudarte en este de tomar fotos son los asiáticos, preferiblemente japoneses. ¿Por qué? En principio porque ellos fabrican las cámaras, así que ellos saben como manejarlas aún cuando la pantalla esté rota. Por otra parte, en verano hay millones de asiáticos de vacaciones por toda Europa, así que las posibilidades de conseguirse con alguno de estos tipos es altísima. Luego, la gran mayoría son personas súper bien dispuestas y hasta se se agachan, se echan hacia atrás, te piden que te muevas más hacia la derecha, lo que sea con tal y la foto quede bien. Los japoneses se esmeran pues.
Claro, no todos son así de simpáticos y amables. Algunos son unos hijos de p**a, como uno que me conseguí a las afueras del Museo de Louvre, al que le pedí que me tomara una foto y me dijo que no. No me salió otra cosa más que decirle: ¡Chino marico! Lo siento, pero así soy, algo volátil. Luego me di cuenta de ese chino pajúo que me había dicho que no, era un tipo de unos 30-35 años, que viajaba con un grupo de compatriotas más, que cargaba una Nikon Titanium con lente recambiable de alta duración, llevaba un rolex edición limitada y unos zapaticos súper pulidos. Ahí me dije: "No mi pana, usted se equivocó de persona". Hay que pedirle el favor a los típicos japoneses/chinos/tailandeses/etc. jóvenes, con su gorrita hacia atrás, sus lentecitos de sol, zapatos de goma, latica de coca cola en mano y que en líneas generales andan paseando. Esos son los que ayudan.
Luego me di cuenta que dentro de esa categoría, la mejor elección son las mujeres. Las japonesas/chinas/tailandesas/etc son la mejor opción para pedirles que te tomen una foto, no sólo porque tienen el mismo esmero que los hombres sino porque además, eventualmente, pueden estar hasta guapas y la conversa se extiende.
Les cuento todo esto para que tengan en cuenta que quizás las fotografías que acompañarán los próximos post no son las mejores. Me hubiese encantado poder tener un fotógrafo a plena disposición, no sólo por evitarme el rollo este de pedirle a alguien que tomara la foto, sino porque además hubiese sido genial captar un montón de cosas con la conciencia y conocimiento necesario para lograr una imágen con personalidad, llena de fuerza y que hable por si sola. Pero bueno, eso se lo dejo a Ram, a Ross o a Rafa Guillén.
Por los momentos, les sale ver fotos amateur :)
Pues bien, teniendo en cuenta que viajaba solo me condicioné a que tendría que pedir una y otra vez que me ayudaran con las labores fotográficas, porque una cosa si era segura, yo iba a recopilar imágenes a como diera lugar. Y lo hice, pero a que precio. Vamos, yo de por si no tengo mucha paciencia y esto de tener que estar pidiéndole a alguien que me tomara fotos aquí y allá no era algo que me simpatizaba mucho, sin embargo, traté de disfrutar el rollo y hasta terminé riéndome de mi mismo cada vez que me veía algo interesante y sabía que tendría que pedirle a alguien que hiciera de fotógrafo.
El tiempo me fue dando cierta experiencia en esto de solicitar ayuda y tras un cuidadoso estudio, llegué a la conclusión de que los que mejor pueden ayudarte en este de tomar fotos son los asiáticos, preferiblemente japoneses. ¿Por qué? En principio porque ellos fabrican las cámaras, así que ellos saben como manejarlas aún cuando la pantalla esté rota. Por otra parte, en verano hay millones de asiáticos de vacaciones por toda Europa, así que las posibilidades de conseguirse con alguno de estos tipos es altísima. Luego, la gran mayoría son personas súper bien dispuestas y hasta se se agachan, se echan hacia atrás, te piden que te muevas más hacia la derecha, lo que sea con tal y la foto quede bien. Los japoneses se esmeran pues.
Claro, no todos son así de simpáticos y amables. Algunos son unos hijos de p**a, como uno que me conseguí a las afueras del Museo de Louvre, al que le pedí que me tomara una foto y me dijo que no. No me salió otra cosa más que decirle: ¡Chino marico! Lo siento, pero así soy, algo volátil. Luego me di cuenta de ese chino pajúo que me había dicho que no, era un tipo de unos 30-35 años, que viajaba con un grupo de compatriotas más, que cargaba una Nikon Titanium con lente recambiable de alta duración, llevaba un rolex edición limitada y unos zapaticos súper pulidos. Ahí me dije: "No mi pana, usted se equivocó de persona". Hay que pedirle el favor a los típicos japoneses/chinos/tailandeses/etc. jóvenes, con su gorrita hacia atrás, sus lentecitos de sol, zapatos de goma, latica de coca cola en mano y que en líneas generales andan paseando. Esos son los que ayudan.
Luego me di cuenta que dentro de esa categoría, la mejor elección son las mujeres. Las japonesas/chinas/tailandesas/etc son la mejor opción para pedirles que te tomen una foto, no sólo porque tienen el mismo esmero que los hombres sino porque además, eventualmente, pueden estar hasta guapas y la conversa se extiende.
Les cuento todo esto para que tengan en cuenta que quizás las fotografías que acompañarán los próximos post no son las mejores. Me hubiese encantado poder tener un fotógrafo a plena disposición, no sólo por evitarme el rollo este de pedirle a alguien que tomara la foto, sino porque además hubiese sido genial captar un montón de cosas con la conciencia y conocimiento necesario para lograr una imágen con personalidad, llena de fuerza y que hable por si sola. Pero bueno, eso se lo dejo a Ram, a Ross o a Rafa Guillén.
Por los momentos, les sale ver fotos amateur :)
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