EN BUENOS AIRES: El Esponjario se termina
Viernes 11:
Llegamos al hotel como a las 5:00 a.m. y 3 horas después estaba en la calle, caminando en medio del frío y el tráfico de Buenos Aires. La idea era aprovechar la última mañana laborable de la semana para visitar las oficinas del FIAP (Festival Iberoamericano de Publicidad) y la sede de Underground, una escuela ubicada en Palermo que imparte cursos de creatividad, redacción y dirección de arte a creativos de diferentes países de Latinoamérica. Me interesaba visitarla, entre otras cosas, porque Isabelita quiere estudiar ahí, así que aproveché de solicitarle información al respecto.
Caminé unas cuantas cuadras, justo por la Avenida Libertad, sin ninguna prisa y con la intención de disfrutar el recorrido. Eso es algo que provoca hacer en Buenos Aires... caminar sin apuro, observando todo, dejándose sorprender por las cosas que dice la gente y lo que se ve en las calles. En el camino me topé con protestas políticas, paseadores de perros, estudiantes de medicina, prostitutas, indigentes durmientes (tirados en el piso y cubiertos con bolsas plásticas) y decenas de personajes más que llenaban de matices las calles de la ciudad. Justo a unos metros de la estación "Facultad de Medicina" (línea D del Subte), un enorme estruendo sacudió mis oídos e interrumpió la calma con la que me paseaba por Buenos Aires. Era un ruido profundo, similar al que emite una persona cuando hace gárgaras con jugo de lechoza, saben, como un extraño temblor que retumbaba y venía justo de mi barriga. Rápidamente se declaró un estado de emergencia.
Entrar al subte, comprar el ticket, apretar, sudar frío, esperar el tren, apretar, subir al tren, sudar frío, aguantar, bajar del tren, caminar hacia el hotel, apretar, subir al ascensor, sudar frío, aguantar, entrar a la habitación, pasar al baño y finalmente descansar. Visto desde afuera, seguramente que todo sucedió rápido, pero para mí, que protagonizaba este film de acción, todo pasó en cámara lenta. Quedaban frustradas entonces mis intenciones de comprar anuarios en el FIAP, pero la visita a Underground la hice en la noche, luego de la respectiva ceremonia de "graduación" que tuvimos en Cinecolor, la primera empresa argentina que brinda el servicio de corrección de color en tiempo real para HD, entre otras cosas.

(Intermedio: Gracias Su y Michi, por todo)
Eventualmente fuimos a parar a la Plaza Serrano, en Palermo, donde conocimos a Valeria, una chica preciosa que atendió nuestra mesa durante toda la noche. Con ella hablamos de política, de ética periodística, de fotografía y publicidad, de viajes y cervezas; con Valeria compartimos un rápido instante que ojalá se hubiese podido prolongar un poco más. Afortunadamente, el contacto quedó y esperamos verla pronto.
Luego caminamos hasta otro lugar, un poco vacío pero agradable, donde había hora feliz de cerveza (2x1) y la música estaba bien. Allí nos quedamos. Bebimos, hablamos, reímos y finalmente, el cansancio y el alcohol se manifestaron a través de Ram, quién se adueñó de un LP de la Pantera Rosa que colgaba en una de las paredes de local. Ése y la gallinita de San Telmo, sin duda alguna son los mejores souvenirs que pillamos en Buenos Aires. Ya escucharán algo de eso en el GustaPOD 11.
Regresamos al hotel, reventados, a eso de las 3 a.m.
Etiquetas: Buenos Aires, Cinecolor, Esponjario, Subte, Underground
1 Comentarios:
Faltó decir que Ram también destrozó el maniquí del local! Jeje
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