miércoles, noviembre 14, 2007

El día que me quedé sin palabras

Debo confesarles algo: siempre quise salir en televisión. Desde pequeño, soñaba con estar frente a las cámaras y ser famoso. Quería figurar, dar de que hablar, sentirme importante. No sé cómo explicarlo, pero siempre ví la televisión como la puerta que separaba el insípido anonimato en el que me encontraba inmerso de la popularidad que tanto anhelaba.

Pues bien, esa ilusión, que siempre estuvo latente en mí, fue brutalmente destruida unos días atrás. Me cuesta hablar de esto, pero creo que ya no tengo nada más que perder. La cuestión es que luego de muchos años, finalmente estaba al aire en televisión nacional. Si les soy sincero, no podía creerlo. El programa ni siquiera había empezado y yo ya estaba fantaseando con la notoriedad que alcanzaría luego de que mi voz se escuchara en toda Venezuela. Eso me emocionaba.

Luego de una larga espera, mi compañera y yo ocupamos nuestros puestos en el set de TV y junto a la moderadora de turno empezamos el debate. A medida que se desarrollaba, la idea de alcanzar la fama con mi aparición en televisión poco a poco perdía fuerza. La desilusión me empezaba a invadir, sin embargo, procuraba mantenerme firme y hacía un esfuerzo enorme por conservar mi semblante intacto. No podía mostrar debilidad. Eso fue lo primero que mis camaradas me pidieron que hiciera si me quedaba sin palabras ante algún planteamiento o me confundía durante mis intervenciones. Créanme que lo intenté, con todo mi corazón, pero al final la vergüenza es difícil de esconder. No pude evitar sentirme como un tonto. ¡Malditas sean mis ganas de salir en televisión!

Ahora, que estoy un poco más calmado, creo que mi error fue elegir un programa de opinión. Ya veo que eso de debatir en público no es cosa fácil, de hecho, cada día me convenzo más de que habría sido mejor esperar la invitación a uno de esos programas de concursos sabatinos o una de esas revistas matutinas de farándula y espectáculos, donde lo único que hace falta hacer para salir bien parado es sonreír ante las cámaras y reírse de las bromas tontas que hacen los animadores. Pero que va, yo tenía que empeñarme en ir a un programa de opinión a hablar de cosmovisiones enfrentadas y anti-imperialismo sin imaginarme lo que esos planteamientos tan absurdos podían desatar.

No lo pensé mucho y me fui a la carga, con la frente en alto, a despotricar contra el Imperio y su estructura capitalista, tal como me lo habían enseñado. Me sentía confiado repitiendo las palabras del señor presidente, calcando su retórica y emulando su actitud desafiante. En ese momento pensé que mi discurso era demoledor, intimidante y contundente. Pero fue entonces cuando una sencilla pregunta estremeció la pequeña burbujita en la que me encontraba. No sé cómo explicarlo, pero la voz de esa insolente periodista aún resuena en mi cabeza... "¿esos zapatos que tienes son hechos por cooperativas venezolanas, por países socialistas?... estás vestido, ataviado de marcas imperialistas y hablando de anti-imperialismo... No hay coherencia". Maldición. Eso no me lo esperaba y a decir verdad, no tuve oportunidad de reaccionar. No tenía respuestas. Traté de buscarlas, pero no las encontré. ¿Qué podía decirle? Aceptar que era anti-imperialista, de la boca para afuera, habría echado por tierra todo lo que recité de memoria esa mañana. Justificarme habría sido peor aún. ¿Qué coño podía responder? Era imposible hacerlo sin hundirme más.

En silencio, seguí buscando una respuesta tardía pero no podía concentrarme. Estaba nervioso, sentía sobre mí una mirada inquisidora, un frío en el cuerpo y todo estaba pasando muy rápido. En lo único que podía pensar era en el Rey de España y por un momento pensé en fingir un desmayo y desplomarme al piso. Ya no quería estar ahí, frente a las cámaras de televisión. Deseaba no haberle pedido a mis amigos que sintonizaran ese maldito canal. Yo sólo quería correr a casa y terminar con todo de una buena vez pero lamentablemente, en ese momento, ya nada podía hacer.

Lo peor es que me han contado que esa mañana dije varias veces "lagrimógenas" en lugar de "lacrimógenas" y que además en internet hay un video que registra, claramente y para siempre, el momento en el que me quedé sin palabras frente a mi familia, frente a mis compañeros y frente a un país entero.

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5 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Tú tenías unos zapatos de tal vez Bs. 500 Mil. Unos pantalones de 200mil, una chaqueta de 150mil, que hacen un total de 850mil bolívares, sin contar otras cosas que te echaste para verte bien y que tenías para terminarte de ver bien.

Los grandes líderes que tú apoyas utilizan carros que valen más que casas en buenos sectores de Caracas, relojes que valen 2mil dólares, y un sueldo demasiado alto para lo que hacen.

El máximo líder de esta "revolución" utiliza trajes que por lo bajo valen 15mil dólares, relojes que valen 5mil dólares o más; zapatos que no bajan de los 1.500 dólares, y muchas otras cosas más. Predican que las escuelas Públicas y Bolivarianas son lo mejor, y son el futuro de nuestro país, cuando ellos tienen a sus hijos en los mejores colegios del país o peor aún, en el exterior.

El segundo líder de esta "revolución" en una entrevista que le hicieron este año, tenía una chaqueta de la selección cubana y la marca de esa chaqueta era ADIDAS. Sin contar en el lujo en el que vive en su país, mientras su pueblo está con una tarjeta para buscar alimentos.

¿Socialismo para el pueblo pero no para los líderes?

Y para que veas que el imperio también se contradice, te invito a ver el documental Fahrenheit 9/11, cuando Michael Moore le entrega una planilla (a uno de los del congreso que votó porque los menores de 18 años de edad vayan a la guerra) una planilla de alistamiento para que inscriba a su hijo en la milicia para que vaya a la guerra de Irak. Créeme, la cara de ese diputado fue igual a la que pusiste tú.

El mundo vive lleno de contradicciones, y la única forma de que nos demos cuenta de ellos es que nos pase. A mí me pasó, pero era con un grupo de personas pequeño, y no pasó a mayores, y creo que ya se olvidó. Pero lo tuyo fue peor porque fue en televisión nacional, con todos tus panas, compatriotas, familiares, opositores observándote, y como si no fuera peor está el video por Internet y ya 34.201 personas lo han visto.

Yo no estoy en contra del Imperio, por eso no me remuerde la vida cuando me pongo mis zapatos Adidas, y mis pantalones Lee, y mis otros accesorios de marca (pero tampoco me paga la CIA o el FBI y no apoyo la invasión y la guerra venga de donde venga y su forma). Pero tampoco la vida me vuelve un asco cuando voy a graffiti y me compro 20 camisas porque están a Bs. 10mil cada una, o cuando voy al mercado del cementerio a comprarme blue jeans porque son más económicos, y voy con 200mil y salgo con 4 pantalones que me duran 6 años o más (porque me ha pasado).

Yo no vengo a criticarte, ni mucho menos a insultarte (mi condición de ser humano y de futura periodista no me lo permite) pero lo único que espero es que esta mala jugada (¿o buena?) que te dio la vida, sea para que abras los ojos y veas las cosas que de verdad están pasando, y las grandes contradicciones en la que vivimos en nuestro país, tanto de un lado como del otro.

El ser humano es una mata de contradicciones, pero el problema radica cuando no eres simplemente un humano común y corriente, sino eres un vocero o líder de algo que sigue muchas otras personas.
Hablar es muy fácil, aprenderte lo que te leíste anoche es más fácil aún, y repetir lo que dice tu gran líder es extremadamente más fácil, pero lo difícil de todo (en la vida en general) es vivir de acuerdo con lo que se predica. Y ya te diste cuenta de eso.

Un saludo.

PD: observa tu post anterior y dime donde estabas comiendo, y de donde proviene esa cadena de comida rápida donde comiste; ¿iTunes? ¿De donde es eso?... ¿Ves como es la vida?

1:42 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

chamo.. que bueno esta esto!.. te felicito bro!

5:45 p. m.  
Blogger pollita frita dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA MACACOOOO!!!

8:01 p. m.  
Blogger Gus dijo...

Er!ka, no puedo estar más de acuerdo con lo que dices. Sin embargo, me gustaría darte una pista, que sirva además para futuras intervenciones: YO NO SOY EL ESTUDIANTE DEL VIDEO.

De serlo, ni de vaina habría escrito esto. Más bien estaría buscando un lugar donde esconderme para siempre, o al menos hasta que YouTube dejase de existir.

Así pues, niñas y niños, este post tiene otra intención. Espero quede clara ahora :)

10:38 a. m.  
Blogger Leo dijo...

pues dejame decirte, amiguito, que los que te conocemos dudamos, porque el estilo de redacción no difiere de tus anteriores posts, y de verdad es imposible leerlo sin la entonación histriónica que te caracteriza. para ser sincero, me cagué, y me cagué mucho. de hecho, esperé al final del video para ver si de hecho, salías tú. escribir en 1ra persona y con el mismo estilo de siempre... coño amiguito. no me eches ese susto más nunca!

3:26 p. m.  

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